EL ARTE DE ENSEÑAR, LA MAESTRÍA DE APRENDER
Por. Brizeida Hernández Sánchez
En la
construcción didáctica pedagógica se
enfatiza la importancia de lo metodológico,
la concepción didáctica, el método especializados para cada materia (didácticas
especiales), y los recursos didácticos son muy valiosos. La escuela de hoy requiere de altas
competencias de sus actores para ser satisfactoria, en el docente para enseñar, en el estudiante
para participar del proceso que cada vez se hacen más complejo; en un escenario
que muchas veces no es el oasis del saber, sino una experiencia desafiante.
El sistema educativo en que participamos es fragmentado, muy especializado,
por áreas de alta especialización, modelo que responde a un curriculum lineal,
lejos de ser integral o en espiral. Los nativos digitales hacen que la tarea de
educar no sea nada sencilla, cada profesor
requiere poseer conocimiento teórico, práctico, habilidades cognitivas y
sociales, destrezas, actitudes y valores deseables, del igual forma un diseño
curricular abierto, contextualizado (competencias transversales).
La didáctica es
efectiva si se aplica según los enfoques actuales basado en lo cualificable, en competencias en lo social nos lleva a
participar en una escuela sin fracaso,
una escuela sin barreras, abierta a todos, una escuela donde se suma y no
resta, ni se divide. El cambio está en cada uno de nosotros con nuestra
actitud, la transformación cognitiva, la valoración de
los aprendizajes, y el acompañamiento
permanente que requieren los estudiantes. El nuevo enfoque en que se visualiza
el diseño curricular de la educación superior que busca una mayor flexibilidad en el metodologías, la
transferencia y honestidad como virtud de la universidad que no gradúa
personas, sino que forma profesionales para ser productivos en su vida y el
progreso de su patria.
La
reflexión que nos hacemos desde nuestro accionar didáctico renovado es para rea
prender y hacer una reconstrucción de
una manera holística en integradora. Es momento para hacer un alto y detenernos
a evaluar ese recorrido profesional
como docente de educación en una carrera que hace énfasis
en enseñar a pensar y aprender de forma autónoma. Las buenas prácticas en
educación superior no solo requiere de conocimiento lo primordial es la actitud
y la aptitud del educador y de orientar al participante sobre manejo de sus emociones para generar
comprensión es lo que llamamos estrategias didácticas para pensar.
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